Si veo que dos hombres se encuentran en el camino y acto seguido se mientan la madre y se ríen probablemente se están diciendo “me da gusto verte”, si se echan pleito y luego se ríen están diciendo “eres mi amigo, me caes muy bien, me da gusto verte, etc”, si se dicen groserías y se hacen alguna llave de lucha o se dan un golpe quiere decir “realmente me da gusto verte”. Algunos no usan groserías, sólo las pesadeces. Puedo reconocer aspectos que van juntos, la agresividad, la risa o sonrisa y la cara de gusto que ponen después de agredirse.
La agresividad amistosa parece un código que este tipo de hombres manejan, de manera general puedo decir que si una como mujer se enoja con otra mujer y queremos aclarar las cosas, hablamos, decimos: “es que tu dijiste, es que yo dije, pero tu hiciste, si pero tu también hiciste… lloramos (algunas), nos abrazamos y ya somos otra vez amigas. Si hay algún malentendido entre estos hombres, se acercan, uno dice ¿Qué guey? ¿Qué onda? ¿Qué hay? Etc. nada guey, bien… (Que bien, chido, va, sale; vale, bueno, no hay pe… etc.) si se sonríen, ya son otra vez amigos, sin más preámbulos, sin más aclaraciones.
Aunque también hay hombres que no comprenden este código y viven permanentemente separados de sus congéneres para evitar este tipo de situaciones que les parece una falta de respeto. Son catalogados por lo demás como payasos, estirados, serios o mariquitas, así que con ellos “no se llevan” porque “no se aguantan”; si son compañeros de trabajo o escuela, les informan lo que hay que hacer, sin embargo, no forman parte de su clan masculino.
Actualmente cuando veo este tipo de agresividad ya no me ofendo ni me pongo de malas, digo: "mira, son amiguitos, se caen bien".
Si vives en México te recomiendo ver la obra “defendiendo al cavernícola” (no, no me pagan por el comercial) hay una frase que rescaté de la obra y que ocupo muy seguido en mi relación de pareja y es la siguiente: “yo traje las papas”.