La que tenía tres hijos le dijo a la primera que la envidiaba por tener tres hijas, que de seguro le ayudaban y no tenía tanto trabajo en casa, además de que las mujercitas son más tranquilas, trabajadoras y responsables, no que los hombres realmente no ayudan lo que deben de ayudar o hacen las cosas mal y una no tiene tiempo de descansar.
La primera le respondió que sus dos primeras hijas estudiaban y trabajaban, pero que la más pequeña ya no quiso estudiar y estaba en casa haciendo quehacer, que si no quería estudiar ni trabajar que entonces ayudara en casa.
La segunda se quejó de que también su hijo menor ya no quiso seguir estudiando, los dos mayores seguían estudiando.
Por fin yo entre en la conversación y le pregunté si su hijo menor ayudaba en el quehacer de la casa ya que no estudiaba ni trabajaba, a lo que ella me contesto indignada:
- “Para qué quiero a un hombre haciendo el quehacer de la casa, a mi no me sirve de nada… mejor que haga ejercicio, que se apunte a algún curso, que salga con sus amigos, etc.”
- Entonces, tú eres la única que limpia la casa además de trabajar fuera, hacer la comida, lavar la ropa de cuatro personas y ninguno de tus hijos te ayuda, digo, no por ser hombres no creo que se les caiga algo o se vuelvan mariquitas por lavar su ropa o barrer la casa .
- Bueno, yo creo que cada quien hace con sus hijos lo que puede….
Fin de la conversación (con ojos de pistola de la madre de los hombres hacia su servidora)
MORALEJA: Cada quien hace a sus hijos tan inútiles como quiera, para después poder quejarse de cómo son ellos, no importa si son hombres o mujeres.