Cuando somos niños, nuestros padres nos enseñan que tenemos cabeza, manos, pies, etc. Pero no nos hablan sobre de sexualidad, cuidado y te cachen tocándote el pene o la vulva, porque te espera un golpe o una buena regañada: ¡Déjate de tocar “allí”!. En la escuela (a veces) nos enseñan que los niños tienen pene y las niñas vulva.
Uno crece con la idea que la sexualidad es un asunto prohibido, pecaminoso, que no se debe de hablar en público, que es de mala educación, así que sólo puedes hablar de ello con los cuates, preguntarle a quien se supones sabe más que uno. Así nos hacemos la idea de que la sexualidad tiene que ver sólo con tener pene o vulva, usados únicamente para la procreación y que es malo la búsqueda de placer, del goce de su propio cuerpo, así que si te masturbas, no se dices a nadie y si eres hombre y haces competencias con tus cuates para ver quien lo tiene más grande, a quien se le para más rápido o quien orina más lejos, cuidas que tus padres no se enteren, ya sabes lo que te espera si se dan cuenta.
En algunas familias esta prohibido hablar de “cierta información”, ya que piensan que si ustedes “se enteran” pierden la inocencia y se vuelven morbosos. En otras, la información que se les da es únicamente en lo biológico, pero no les dicen qué onda con el noviazgo, cómo saber si están o no enamorados, qué pasa con sus emociones, con sus necesidades, ¿el tener un cuerpo diferente nos obliga a comportarnos diferentes? Así que si tienes novio(a) le dices a tus padres que es de manita y besito o de plano de dices al chavo que no se enteren tus papás.
En ocasiones los padres no nos voltean a ver, casi no nos hacen caso, hasta que notan que ya somos adolescentes, y entonces ya quieren que ayudemos en la casa, que seamos responsables y maduros. Sienten que tienen que “protegernos” de malas amistades, nos niegan la información sobre sexualidad y se molestan y reclaman si en el colegio nos dan una clase de anatomía o nos enseñan para qué sirve un condón, ¡Dios nos libre de saber cómo usarlo! Al negarnos la información sobre sexualidad, con ella nos niegan la capacidad de decidir sobre nosotros mismos, ya que la mayoría de los adultos interpretan la sexualidad como sinónimo de “relaciones sexuales”, sin darse cuenta que es mucho más amplia (física, psicológica y social), la sexualidad tiene que ver no sólo con mi cuerpo, sino también con el cómo es que pienso, siento y me comporto a partir de vivir como hombre o como mujer, y qué es lo que se espera de mí desde mi forma de ser hombre o mujer, por qué me gusta un grupo de amigos y no otro y lo que yo estoy dispuesto a hacer para ser aceptado por mis amigos o cuates, eso es algo que no se enseña en una clase de anatomía.
Cuando nuestro su cuerpo se llena de hormonas comienzan nuevas experiencias, la mente se llena de dudas, la curiosidad se convierte en inseguridad, comienza la edad de la punzada y entonces como el chapulín colorado preguntamos ¿Quién podrá ayudarnos?
